El turismo en España representa uno de los pilares fundamentales de la economía nacional, generando importantes beneficios económicos y sociales, pero también presentando desafíos significativos que requieren atención.
Los aspectos positivos y negativos del turismo se manifiestan en diferentes ámbitos. Por un lado, el sector turístico genera empleo, impulsa el desarrollo de infraestructuras y fomenta el intercambio cultural. Las estadísticas del turismo en España muestran un crecimiento constante en el número de visitantes internacionales, lo que ha contribuido significativamente al PIB nacional. Sin embargo, el turismo de masas ha provocado importantes impactos ambientales negativos, como la degradación de espacios naturales, el aumento de la contaminación y la presión sobre los recursos hídricos. Los impactos negativos del turismo rural incluyen la alteración de ecosistemas locales y la modificación de paisajes tradicionales.
El impacto cultural del turismo se refleja en la transformación de las costumbres locales y la pérdida potencial de autenticidad en destinos turísticos populares. Los efectos ambientales del turismo de negocios se centran principalmente en la huella de carbono generada por los desplazamientos y el consumo energético en instalaciones hoteleras. Como respuesta a estos desafíos, el turismo sostenible ha emergido como una alternativa que busca equilibrar el desarrollo económico con la preservación del medio ambiente y el respeto por las comunidades locales. Este modelo promueve prácticas responsables que minimizan los impactos ambientales del turismo mientras maximiza los impactos positivos del turismo en el medio ambiente, como la conservación de espacios naturales y la sensibilización ambiental. El impacto social del turismo se manifiesta en la mejora de la calidad de vida de las comunidades receptoras, aunque también puede generar problemas de masificación y encarecimiento del coste de vida en zonas turísticas.